acaso quede quien le ponga fondo a los espejos
quiebre sus mareas conquiste la única frontera
que permanece invicta.
o es que ya me encuentro en ellos
junto al tiempo perdido
las palabras que restan jugarse
el eslabón racial para un mejor mundo
y tantas lenguas que hundí
sin
que volvieran.
y pregunto soy éste que veo
terminé de descubrirme afuera
y
por cuánto tiempo
me será útil la máscara de dios el velo acuoso
que permitió hacer pie entre vanidades.
en todo caso y aunque esté incluido
no soy ese conquistador de espacio nulo
está claro que olvidé corona y armadura.
© Carlos Enrique Cartolano. La lengua es un pestillo,
2014
Ilustración: Diego Velázquez
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