si aceptas
seré el dique seco que tu alma necesita.
en mi vaso cabe el océano
azabache los pájaros que pueblan
tu bahía. la
flama arde aún
allí evaporaré tus lágrimas.
y una vez que tu cuerpo
vuelva a levantarse de mis manos
nos haremos al mar soldados al futuro
con cetáceos en la lengua.
entonces alcanzarás
con tu nave el fondeadero de mi pecho.
© Carlos Enrique Cartolano. La lengua es un pestillo,
2014
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