Levantar la enredadera herida entre la noche ahuyentar
La lluvia el viento de tus manos devolverla al
matrimonio
Con el blanco de cal ese horizonte incalculable. No se
ve
Retorno no queda con qué apostar a soledades se
borraron
Las huellas del sendero todo en derredor es densa
flora:
Son enredaderas que cubren las miradas el verde gana
Las ramas ciñen el común destino. Levantar tus heridas
Después de la tormenta paralelo el tronco al mundo
sujeta
El alma con las manos que te aman: que tus labios recojan
Zumos y lágrimas que este riego levante nuestra
historia.
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros, 2012
Ilustración: August von Der Embde
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