Ángel: la bujía que se inclina
en el norte del corazón.
René Char
Al sur del corazón abrazos litoral las costas de tus
labios
Un rumor que corre acuoso entre los dedos eso que
ilumina
Y las partículas iluminadas el cabello mojado vos
todavía
Merodeando el teléfono ladridos de la perra al claqueo
De la cerradura vecinos que liberan prisioneros de
zenda
Entre cuatro paredes. Y salgo internándome en
exteriores
De mi sala de tesoros: el angelario a esta hora
despoblado
Es del norte: los misericordes maestros alados
cumplieron
Tareas conmigo ahora visitan clientes en agonía. De
noche
Al regresar prenden velas que arderán con todos sus
besos.
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros, 2012
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