… Mis pasos penetraron en esas poblaciones rumorosas
como el viento de un ángel que gira en el infierno
y no encontré mi nombre, y fui como un sonámbulo perdido entre cerezos
que oye reír los pájaros y sin embargo llora…
Arturo
Horacio Ghida. Antología –El fugitivo-,
1965
Aunque en las miradas cabe el mejor diccionario ahora
ambos
Pensaremos con idénticas palabras sé que mi nombre con
el tuyo
Irán al mismo molde de una lengua que alumbremos entre
Chispas sueños aromas y sabores evocados. La memoria
surte
Efectos de leccionario cuando nos desencontramos y por
eso
Protagoniza el recuerdo que es un espejo duro de
trizar. Aún así
Para que tu sustantivo se apodere de mí y mi verbo te alcance
Probaré con la onomatopeya cavernaria la interjección del
teatro
Clásico con un idioma lógico que hable con
definiciones o gesticularé
A la luz este texto siempre nuevo semilla que explota
asiduo vientre.
© Carlos Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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