(…) Cómplice
estupefacto
pensé que un mundo
tan equivocado como éste
sólo podía concluir
con una explosión y
un sollozo.
Joaquín Giannuzzi. Las condiciones de la época
–Papá explicando-, 1966
¿Quién
diría entonces que la historia crecía desde
Las patas
de aquellas sillas casi flotantes casi barcos
Capeadores
de finales de la sexta década? Que aquel
Abrazo de
Joaquín de Juan José de Ramón de Jorge
De
Alejandra de Antonio de tantos más continúa
Ceñido al
presente día como un broche que proyecta
Y
sostiene en medio del idioma parido y pariente:
Océano
simultáneo de una mirada sola ¿Y quién
Podrá olvidar
ese lustre apagado: La Paz Politeama
Vesubio
Corrientes sacrílega con neptuno y corridas?
© Carlos
Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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