Una
hora antes que ayer, aunque quizás ya tarde para horarios de días
prosiguientes. Todo anticipa y me madruga sin importar qué vaya antes, porque
será siempre insuficiente el envión de una palabra, habrá que sumar otra, otras,
y muchas más para asegurar destino al viaje. Un idioma propio, la forma, a un
tiempo resguardo y definición, adarga y acero, el nombre de quien retrasa pero
llega. Siempre, pese al vórtice, al vacío, a esta cinta transportadora que en
su velocidad no distingue.
Sin pensar
en qué quedó detrás: jirones de piel, huesos en la molienda, un color que fue bandera,
miradas asesinadas en cono de sombras, poemas que recién nacidos sentí
entrañables y se olvidaron, palabras calladas, limaduras de emoción. Lágrimas de Circe, melancolías de un
navegante. El tiempo es todo. Arrepentimientos y regreso, aunque también
amanecer de otro horizonte.
Sobre la fecha, otro otoño
(c) Carlos Enrique Cartolano. Pajareras Imaginarias, 2018
Ilustración: Ingmar Bergman (c)
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