¿La tienes de escritor?
Mira esta extraña hija del idioma: ella me nombra
Y así no me llamo. Extiende las raíces de mis sueños
Más allá de la herencia volatiliza el tiempo. En ella
Me desconozco. Mira este extremo de mis ojos: es
La musaraña del alma la que escribe siempre alcanza
Ella emisaria que despierta tonifica ondas y caletres.
Aunque la tenga lejos esclavizada puños de lija sangre
De lejías aunque me aísle de confesiones y susurros
Ella vuelve al despertarse o en letargos de la tarde
En brisas nocturnas a despecho de hartas existencias.
© Carlos Enrique Cartolano. De Leyes, 2012
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