El mundo es más azul
y más terrestre
de noche, cuando duermo
enorme, adentro de tus breves manos.
de noche, cuando duermo
enorme, adentro de tus breves manos.
Pablo
Neruda. Final
También las rosas blancas se deshojan aunque prefiera
Entonces estar ciego o despierto todavía pero al otro
lado
Del extremo. Porque nada termina los tiempos nos
rodean
Como témpanos de estopa y meandros con voces
coloreadas
Vemos poco escuchamos apenas las promesas se llevan
Casi todas las apuestas. Estar esperar trazar el
círculo de tiza
Alrededor del asiento en que dos cabemos y sin
anteojos
Del mayor aumento. Cuando todo es empezar a enterarnos
Por dónde comenzar: ¿quién podrá sufrir algún revés?
¿Acaso
Podré votar al desamor si tus manos me contienen
prodigiosas?
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros, 2012
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