Echando una sonda
en tu mirada
No requiere aliento contar hasta cinco muy pronto
Es final de cuenta aunque en cada número qué denso
El recuerdo cómo se suceden en su trono las imágenes
Del agua del aire de la tierra. Ellas se quedan a
vivir
Y pueblan el nido de palabras y gorjeos ¿Para qué
Contar entonces? No quiero agonías competir con tiempo
Y espejos sumar menos dedos al despertar agotar rápido
Cada día porque sean menos los sumandos. Con el cinco
Es diferente es un número que falta –repetiste- él
cifra
Encuentros sin piel sin sondeos del dulce precipicio.
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros
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