La
caída –que antes dijimos ascendente–, el tránsito o regreso de las Alejandras que escriben hasta la única
autora –esta que revelan las obras completas–, ¿qué nos permite encontrar?.
Dejaste lo escrito, como pequeños fuegos
para quien anduvo perdida en lo extraño. Hasta reconocer en la estación
siguiente: Hablo en mí como en mí se
habla. No mi voz obstinada en parecer una voz humana, sino la otra que
atestigua que no he cesado de morar en el bosque. Y terminamos tatuados de cuerpo entero.
Huellas
En bastardilla
fragmentos de El poeta y su poema, en
Prólogo a la antología consultada de la
joven poesía argentina, y de Extracción
de la piedra de la locura.
Ilustración: Alejandra Pizarnik
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