fácil y tan pronto me alcanza el tedio
deplora mi cabeza el cuerpo laxa
cuando no amanece
nadie viene en mi socorro ni trapea
cálido
si la sorpresa no llega con temperie
de ansiedad los ojos fallan
no hay quien convoque las urdimbres
del idioma me hundo en tedio
cuando todavía no esclarece
aunque fatuas alzo llamaradas
y en la primera sombra
cuelgo el poema
© Carlos Enrique Cartolano. Regresos, 2013
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