me detengo en descampado
por administrar
abundancias y miserias al fin
fantasmas
ambos
de idénticas alturas
en cada mirada se agolpan
las escenografías
todas las que alguna vez
me colmaron
y otorgaron claridades
viéndote regresar
puedo suspender la tormenta
porque articulo
unas pocas letras
bendita palabra
ahora el fin del mundo
y esta felicidad
son equidistantes
es que el de pronto sucede
está aquí
yo lo bautizo con tu nombre
© Carlos Enrique Cartolano. Regresos, 2013
Ilustración: Gaby Jaime
2 comentarios:
el poder suspender la tormenta cuando notamos la presencia de alguien querido nos hace sentir en paz con nosotros mismos. hay que vivir el ahora, exacto. precioso poema.
Recuerdo claramente ese momento.
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