vivo solo con la mirada y no me alcanzan
estos dos espejos
que me despliegan del pecho para arriba
sólo yo conozco el peso de mi carga
y a veces tirito al pensar
que otros hagan fuerza al contemplarme
tus venas son chiquitas me dijo
el anestesista las tocó
y fugaron al adentro amedrentadas
cuando volví la sangre seguía adormecida
en ese momento no supe
si convocaba el sueño o sólo lo desafiaba
recordé al llegar dos o tres definiciones
apuntadas antes cuando el otro
no yo salíamos con destino hospitalario
y me faltó reflejo al reescribirlas
sigue pendiente es prioritario conseguir
un espejo de mi cuerpo entero
para cuando la mediana cubital ya no canalice
© Carlos Enrique Cartolano. Regresos, 2013
Ilustración: Sangre al microscopio
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