los teléfonos suenan hoy en franca superficie
se sacudía uno en la piel de una mujer
esta mañana
emergía
su animalito
de las profundidades y el letargo
ella preguntaba incrédula qué pasó después
la inundaban lágrimas de hereje
colores en fuga presuntos
tamborileos
la curiosidad vuelve vacías las miradas
sin conocerla supe que no era ella
que sus reservas afloraban inermes
como pieles de recién nacido
se acodaba la memoria sólo valían sus pasos
el destino y por fin respondieran
qué
pasó
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela,
2013
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