la tiranía del teléfono separa en dos
mi tiempo de esperas y supervivencia
arriba los sueños que concede la imaginación fluyen
con sus tábanos transparentes y por debajo
reptan insectos privados de sus alas esos pesados
los que perdieron celestes
se han vuelto opacos y sólo saben merodear
tocar ver sería demasiado sólo certezas interiores
archivos de la cabeza rige mi pequeño teléfono
inútil para el cambio diestro en arbitrar
lo peor de él es que no escucha sólo retransmite
carece de voz propia
es una tina con fango de copiar angustias
ya no sé por qué lo llevo
© Carlos Enrique Cartolano. Del riguroso delirio, 2013
Ilustración: Karen Divine
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