Juguemos
Sofoco en la pista de los tres tristes jugadores
tigres
Del billar sobre la felpa: ahogada tríada de madrugada
Y el sueño ausente. Convierto los tigres sus fauces
En tres palotes tristes rayando la madera después los
Cruzo con mi horizontal como si ya no fueran: en fuga
De tanta urgencia al depósito entre memorias. Pero
llevo
Marcado el cuello todavía: comillos de tres tristes
tigres sol
En la cama y sin descorrer sus tulipas que jugaron
tanto
Con tu piel pasadas noches. Un imperativo el bostezo
Una pista la felpa para eludir tres dentaduras
furibundas.
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros, 2012
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