Temprana factoría
Permitirle al agua mansedumbre en las mañanas y
siempre
Devolverla a hoyuelos de la tierra no en botellas no
en piletas
En raptos ni a través de crueles medidores de suma
donación.
También sin cárceles del alma este idioma del edén
recursa
Manos y teclado ¿Podré ofrecerle a mis lejías otras
bocas?
¿A estas fluencias que sujetan contra el viento un
horizonte
Y no el vulgar calibre un cepo un juzgador un
ignorante? Agua
Que no contagia agua desheredada del mundo ella y su caricia
De hacedores agua-palabra que previene sarro en
cañerías
Agua que drena la que empuja pedruscos la que rueda
miserias.
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros,
2012
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