Y suene el
divino clarín…
Rubén Darío
¡Ay cascabeles con arena cencerros bajo el agua
Sogas al cuello cepos del alma! Ella es abrasiva ella
La palabra a flote de borrasca la que no logró
síntesis
Y volvió a la mordaza. Silencio: blanco de mis toallas
Encerronas del verso altavoces en caída libre todos
Son cortocircuito de piel enamorada. Se apuñalaron
Las lenguas creció maleza en los senderos los vientres
Fueron candados: todos los días serán este mismo día
Y su fogata de distancias y su cuervo azul y sus
brebas
A tierra. Cuando las miradas copien el parking
desierto.
© Carlos Enrique Cartolano. De Plumas y susurros, 2012
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