Si arranca su mañana mirando fijo el reloj será porque
Ya es del tiempo porque abre el libro porque hace girar
Bisagras de su influencia a rastras: el poema asciende
Al sol y desparrama su agenda. Hay quehaceres también
Palabras pendientes hay respetables lectores y lecturas.
De arriba abajo de abajo arriba tras tanto entrar o salir
Del angelorio olvida ¿habrá quedado abierta o cerrada
La ventana del consciente? ¿Si suena Brahms o suena
Ravel cuál le salpicará más: dónde arder abrevar beber?
Si ya maduró el mate es porque late y respira la original
Palabra de homenaje sabio efecto de revisar pluma por
Pluma filmes del recuerdo o la esperanza. ¿Qué otras
cosas podrán bastar al sentimiento? Memoria proyecto
¿O una caminata nocturna por párpados ardor de cálices
Desbordados? El amor dispara imágenes en continuado
Las pantallas chorrean hasta pausar melodías: si abre
El agua caliente es que comprobó exudaciones lustre
De caricias en la piel. Ya nunca –dice- suspenderá
otra
Vez efectos del fracaso si brotan podará. Más:
arrasará
Hasta las raíces para alimentar la hoguera. Si
concluye
La ducha ya la toalla lo envuelve si un ángel lo
sorprende
En franca sacudida es porque todo está dispuesto abre
La boca la mano la puerta de alambre de su angelorio
Con limpia fresca facilidad. No hay mejor antídoto –dice-
Que el agua por la flor de regadera: ella limpia el
vuelo.
© Carlos Enrique Cartolano. De A vuelo de ángel, 2012
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