bandoneón que pierde el tiempo en entreacto él
se desinfla sin que quede aire
en derredor hay
aquel sendero de infancia
y la muerte que buscar hacer huella con su sello
pero la memoria resiste
cuando de a ratos estalla el cielo dibujándole esqueletos
al castillo de nubes lloverá
claro pero no aquí
en el damero de mosaicos azulgrana
donde suenan todavía núbiles humedades del amanecer
sí todavía me sorprendo aún respiro tras las ronqueras
del fuelle y sus entregas
aunque sepa que ya pasé por aquí queda la línea que separa
del vecino
la
nocturnidad
armonía
desde el árbol
todavía es probable que la lluvia encharque acequias
de resurrección
© Carlos Enrique Cartolano. Contracorriente, 2013
1 comentario:
Puede ser la voz del tango hablando por vos, Carlos.
Cuidate mucho.
Extrañaba leerte.
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