en merodeos de zángano ya despojado de armadura
hambriento y aterido buscándole punto azul
al horizonte voy
quedo expuesto en superficie después del manotazo
bajo ruedas
grávido de alturas me pierde tu carroza
y sin palabras
es un océano el silencio
hoy
lo pueblan seres vulnerables
escarba el adjetivo sus cenizas
un cefalópodo bracea voz verbal ficción
del que dice inmóvil
y en el múltiple llavero penden sustantivos fundadores
mientras el panal suma vacío en su retícula
mi pescador se consuela afilando anzuelos
© Carlos Enrique Cartolano. Contracorriente, 2013
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