cuando reciba a la mesa el almuerzo no será
un mero plano sobre el cual se desplazan
comida
y utensilios
será una corona la suya
no
el aparente plato
realeza que se recuerda ansiedad es
quién sabe si tarde
pero
siempre después de la tormenta
si la levanta si mide su coronilla
si
calza la corona que es
simple condición innata de ver más lejos
pone en descubierto el manojo de llaves
su alargavista nominado la capa de abrasar
inadvertencias crueles
tantos
vacantes en escuchas tactos y narices
palabras las más
numerosas voces
cuando
todavía
el descubrimiento va al alcance
de
la lengua
cuando tiene ruedas la historia y pértigas la boca
© Carlos Enrique Cartolano. Contracorriente, 2013
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