llega a la eternidad su tarde de color rosado
a tiempo quien alcanza asiento
junto a tendidos tafetanes de horizonte
al bronco amante
y a la ferviente amada
dilate y no diluya el tiempo de graneros
antes aún de oscuridades baste la luz
para fundar el reino después abrir la tierra
y defender semilla de ladrones y de helada
para que la confusión acorte amaneceres
despunte en dos miradas con un firme abrazo
de tu carne y sus verdades que la luz
revele en esa piel orígenes palabras y destino
© Carlos Enrique Cartolano. Contracorriente, 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario