A las siete de la tarde paso por delante del espejo
Ajusto la hebilla del cinturón: mis comprobaciones
De rutina. Después salgo montando el brioso alazán
Que me espera desde anoche vigente en la imagen
Sabio en melodías galopa violoncelo saxo clarinete
Guitarra criolla abismos de teclados vastos arpegios
De cuerdas paralelas. Cabalgar la música: ese amor
Rejuvenece me hace padre conductor me devuelve
Rebelde como un hijo insatisfecho tensa mi virilidad
Y de mí arranca lágrimas felices ¿acaso femeninas?
Ante el espejo al trote en remanso suave sostenido
Por la lonja donde anida el tiempo oídos abiertos
Pupilas que ruedan como bolas de fuego instrumentos
Arrieros del alma siempre encabezando con suertes
Y explosiones. ¡Miren cómo me derramó la tarde!
© Carlos Enrique Cartolano. De A vuelo de ángel, 2012
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