entre
orillas de exánima y velada razono
injusticias/
el tiempo: esa hoz cubierta
de
orines no tiene raíz ni cabo
cuanto
más deseé es frugal y contingente
deja
el sabor amargo del final/ tanto es
lo
que no logró hacer pie/ mantener su llama
la
menor brisa consume sueños
y
la pesadilla parte en dos mi nombre
en
boca de otros/ la piedra filosofal no existe
sólo
este reguero de sangre en la letra
la
despiadada intervención del puño en el teclado
sin
dios ni altares/ sin escuela/ sin vanguardia
lo
que nace en la forma inlímite del hombre
el
rocío que vuelve a encharcar mi lengua
ese
rastro de belleza/ el único tesoro
©
Carlos Enrique Cartolano. De ambas orillas, 2016
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