es la lluvia no cuanto salpica/ no lo contienen magnitudes
sino que él respira la fragilidad misma del reloj: está en
su fuga
no espera sentado las respuestas/ él es cada pregunta
y el vacío donde flota en mutancias de raíz y tallo/ no es
cerradura sino la posibilidad de pivot y entorno/ el poema
dejó de ocupar los disfraces del amor porque es la caricia
ahora/ el beso y la satisfacción misma/ el contenido y su
fluidez
ya no el envase tampoco el libro/ el poema señala y vierte:
es mi oráculo
© Carlos Enrique Cartolano. Setenta jardines, 2016
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