desde la teoría humoral
de Hipócrates
los
enfermos del corazón arrastramos
hilos
sueltos/ la tijera y sus cortes/ órganos
en
vilo y esas babas negras que alimenta
la
melancolía
los
enfermos del corazón descansamos
al
sereno/ la voz alza retículas del brillo
y
surte pureza en cada trazo/ sin corral
pacemos
con broncos amarillos
los
enfermos del corazón acabamos ahogados
en
océanos del recuerdo trunco
no
es del corazón no de la cabeza/ acaso
es
bilis la marejada/ carne poblada de imanes
nombres/
marcas/ el tiempo huella un ángel
©
Carlos Enrique Cartolano. Patriapalabra, 2016
Ilustración:
Andrea Meléndez
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