la lengua es siempre la misma
de esto hablaron escribas y autores ellos
subieron a palabra los textos sagrados o profanos
en toda edad sucedió distancia
el descuido de teseo las lágrimas de ariadna
y después porque ame un dios
hasta turbulencias del oceáno se olviden
confesaron los cronistas entonces culebreaba
esta misma agonía el silencio en tus susurros
la fiebre río abajo y mar al sur
porque mide eterno este amor bruma de un día
con lo mismo se inspiraron los biblistas
hoy revive el cantar de los cantares
la amada pide a orillas de su lecho por él
y la palabra
cuanto tan intenso late bajo el pecho
hasta teseo pierde el rumbo olvida atenas
la lengua se enruló siempre hacia arriba
en ella anidaron dos palabras
y después su descendencia
© Carlos Enrique Cartolano. La lengua es un pestillo,
2013
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