a todo lo inocultable
durante los últimos dieciocho meses mi persiana estuvo
abierta
las veinticuatro horas y cada día contemplé la del
vecino
cerrada sin rastros mientras la luz exterior era mayor
o
sugestiva en reflejos cada
vez que el sol se retiraba
he querido adivinar en el contraluz de las tablillas
la identidad
del otro ese que se hunde en sombras
prefiere lamparillas y cables antes que arterias de
franca mirada
acaso seré yo el de oscuridades mi alter ego empeñado en ocultar
tanto silencio que corre
entre mis versos tamaña espera infructuosa
tanto tiempo como purgan los relojes
y esta dedicatoria
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela,
2013
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