cuando vuelvo a lavarme las manos y las seco
corro hasta el teclado de las verdades
todo cabe en él aún la humedad de servilletas
y el cúmulo de la basura sobre una pala de plástico
restos tierra polvo
eses
irreconocibles donde calzó
mi vida pero
sobre todo y más que nada
pelusas cabellos amasijos de pelo que mi tiempo
grisa enrolla sopla por debajo de las puertas
es seguro que pierdo millones de cabellos por mes
y también mi can compañera expulsa
hebras blancas ondeadas sabias madejas
que absorben mis cabellos para protagonizar
escenas de existencia compartida en un departamento
también descamo la piel como si fuera
cobertura de ofidio muda
de lagartos
y al sacudir las sábanas sumo secos pellejos
inventarío lagañas padrastros en matrimonio
con secreciones varias de las fantasías
porque dreno en horario amontono basura
no sólo de propias biologías también ellos
los custodios pierden plumas hebras de oro
lágrimas quizás celestes que hasta ahora
nadie distinguía ni yo agregaba en mis barridos
© Carlos Enrique Cartolano. Con el cantar se consuela,
2013
Ilustración: Volkan
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