por Rafael Felipe Oteriño
La gaviota
La gaviota vuela siete jornadasdetrás de la estela que el mar borra.
Vuela desde antes de la tentación
como si no hubiera regreso.
Hacia espejismos donde toda ilusión
se descompone y comienza a caer.
Sobre ciudades que de pronto se cierran
o melancólicas se abren a la extenuada fe.
Y arriba a momentáneas delicias:
ser puro espíritu lejos de la tierra,
ojo ingrávido que deja su sitio aquí
y sueña en la luz del día
y sueña
mientras el corazón fija un rumbo falso
para que el deseo de volar no acabe.
de El príncipe de la fiesta, 1983
La piedra
Yo soy el que arroja la piedra,el que le da su ímpetu y dirección,
el que aporta el músculo y la libertad.
Ella es la que cruza el aire
y se clava lejos, donde no se oye
mi voz ni el eco de su partida.
De este lado sólo queda el peso
de una llama que abriga con leves
parpadeos. Del otro lado
está el misterio de la tierra nueva,
los círculos cada vez más anchos
de la nueva edificación.
Pero de eso nada sé: allá no pueden
mis ojos ni mi oído alcanza
a entender su voz. Sólo he visto
que la piedra partió; clavada está
en alguna parte, adonde no llega
mi voluntad, ni la imaginación.
de El invierno lúcido, 1987
La poesía
La poesíano es
croar de ranas
en un estanque vacío
un amanecer de invierno.
Tampoco es
laboriosa
carta de amor
escrita
en nuestra memoria.
Es invención
de reglas:
una suspensión
entre emoción
e ideas.
El rítmico abrazo
–el beso–
de palabras
recogidas
en la calle.
O, cuanto menos,
“occasioni”:
barquillo de papel
que debes conducir
a un puerto seguro.
Pues,
salvo la Musa,
¿quién puede decir
que esto
es un poema?
Cuando, en verdad,
no hay reglas;
cuando cada poema
crea sus propias
reglas.
Y cada poema
destruye
esas reglas.
Cada poema
es un sacrificio
de Lengua madre, 1995
Rafael Felipe Oteriño. Nació en La Plata (provincia de Buenos Aires, Argentina), en 1945. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Altas lluvias (Cármina, 1966), Campo visual (Cármina, 1976), Rara materia (Cármina, 1980), El príncipe de la fiesta (Cármina, 1983), El invierno lúcido (El imaginero, 1987), La colina (Ediciones del Dock, 1992), Lengua madre (Grupo Editor Latinoamericano, 1995), El orden de las olas (Ediciones del Copista, Colección Fénix, 2000), Cármenes (Vinciguerra, 2003), Ágora (Ed. del Copista, Colección Fénix, 2005). En 1997, el Fondo Nacional de las Artes publicó su Antología poética. Reside en la ciudad bonaerense de Mar del Plata. © Poemanía.
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