porque
el tiempo es tromba sin coto no cabe un día
sin
antes ni después/ pero el devenir es metal sin puntas
capaz
de parir y desollar a todo transeúnte
aquí
y ahora la infancia perpetúa/ son infinitos cielos
no
hay marea igual a otra/ cuanto resultó activo sucede
todavía
y en cuatrillones de cadáveres brilla un germen
así
la madurez se estira al norte mientras el niño
del
sur desarrolla habilidades/ es juego de espejos
la
existencia: océano sin márgenes/escabrosa eternidad
©
Carlos Enrique Cartolano. De ambas orillas, 2016
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