en cada vuelta de página convocó el encanto
del idioma/ una
multitud de torpes conmigo
fuimos culpables de aporreos y sangrados/ aunque él
sobreviviente llegara otra vez trayendo del brazo
a la belleza/ qué mujer qué piel y qué música
en trompas del crepúsculo sobre palmas del amanecer
prediqué el juicio su gracia/ subrayé esplendor
en los maestros: las bocas del respeto/ escasas
traducciones/ hay espejos que la edad congela y allí
nuestra corriente sólo existe entre remansos
colonicé palabras el recinto que vaciaron los mayores:
buscaba mi son/ cuanto reverbere sinfín eco
de un buen leer: y este equilibrio sobre las piernas
© Carlos Enrique Cartolano. Setenta jardines, 2016
Ilustración: Alexander
Calder
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