Las
palabras y las cosas
Michel Foucault
I.
llegada
la confusión mi espera colma
su
envase y aunque los viajes estiren la piel
el
odio a la distancia siempre arruga/ el tiempo preñó
a
la tierra y marcha su ejército de vermes: esos
que
primero devoran desde el interior y cantan
palinodias
del sueño/ alalá alalá* gritan también los otros
para
atacar mi pulpa por alto de cortezas
qué
resta pregunto sino palabras/ siete serán de pie
en
cada puerta una por planeta y por destino
acaso
alcancen/ la existencia se juzgue arqueología
porque
la memoria no perdona/ descanse gato al sol
todo
nace y muere por la semejanza
ahora
voy de viaje con brújula astrolabio mi pantalla
sirve
para exponer posibles/ también el raro holgorio
de
improbables/ reina entonces la soberbia lo profano
es
el olvido nuestro dios el inlímite lo eterno el disfraz
una
voraz legión/ vienen en pie de guerra los gusanos
alalá
alalá alalá
II.
ese
era un canto de guerra/ Babilonia sin restricciones
nada
existe sin espectador el vientre pródigo del mundo
que
velázquez descubrió asomado al descorrer
de
las cortinas/ la existencia consiste ahora en fama aunque
nadie
vuelva de la muerte
la
representación dice foucault/ es el calibre
las
ciencias deberían echarle mano y piernas a la oportunidad
cambiar
las ruedas por colchones de aire/ escribiría así
sin
sobresaltos al cabo de 400 kilos/ volveremos acaso
al
arte corporal por vencer miedos y a la estupidez
III.
pero
el hombre mirador taciturno un ojo tan solo
dijo
bataille/ monta crisis de su objeto en el mundo
es
cosa su cuerpo y despidió a sus dioses
herido
de muerte
atrás
científicos/ atrás robots sus alalás
me
quedan el arte la filología me gozo en ellos
sobrevivo/
al fin antes que el hombre el tiempo está en derrota
no
hay progreso nada cambia/ sólo detritos de mirada
me
rodean/ la voluntad al hombre lo único que muta
fugue
con él/ gracias foucault maestro del final
habrás
dicho alalá alalá: ahuyentaste a la academia
(*)
Grito de guerra de los aqueos, según Hesíodo
©
Carlos Enrique Cartolano. Patriapalabra, 2015
Ilustración: Michel Foucault
1 comentario:
ay!
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