I
todo prolonga la umbría interior los insectos
al alcance de la mano también la rama
de ciruelo que desgajó la tormenta las ondas
nacidas de cuanto atrapa el curso de agua
las imágenes de la profundidad
junto al brillo del día
y tu mirada la espera
a veces mirar conlleva el dibujo del poema
las palabras abstraen incorporan
fluidos por ósmosis
por eso te encuentro junto al río
en cuclillas estás dentro de mí calcada
aunque estés afuera
II.
supero el asombro se hacen carne de mí
fibras charcos del pasado
cuanto suceda el avatar y la costumbre
ahora echan tiempos de perplejidad
el amor no rinde armas
hace trono de ellas
soy pródigo en palabra y además
me
asombro
no los jóvenes ellos despuntan
en pocas palabras
plantan el asombro en el poema
III.
mientras espero
el
último poema planea
sobre el deseo
es cultivo de verduras hasta donde el ojo
alcanza y las manos atreven
los recuerdos siguen a la cosa
aunque no la veamos
ah el vino del poeta
sé que no hay cuarteles en esta lucha
contra olvido soledades dispersión
de las miradas
pero el vegetal crece estira inteligencias
de la tierra acaso no piense
no experimente cortes ni abandono
IV.
igual que en amarcord cuando estás
por llegar caen plumas
pétalos de primavera precipitan las playas
en interiores como fellini dispuso
corremos bajo la lluvia
del ángel que pierde pétalos
blanco
el horizonte de color las ansias
ahora que llegaste cruzás la ruta
de mis manos te habita el paisaje
el mismo que yo veo
y te refleja
se acaba la distancia cuando me encontrás
estoy junto al río
arrojando piedritas a la corriente
© Carlos Enrique Cartolano. Por lo más delgado, 2013
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