el costado oscuro me mira
ese que jamás comprende
mi dolor lleva letras justas al clarear
gime a presión en la mirada
se llama él como me llamo
lo
ven como me veo
aunque no lo reconozca yo
ni sea audible con luz pobre
late el dolor con dos relojes él galopa mi cuerpo
pero es íntimo quien monta
lanza
amurallada
anoche detuvo su pájaro prendió silente
patas de alambre sobre el cable
y ahora gris me envuelve hace agua
el horizonte escora
la marea
© Carlos Enrique Cartolano. Regresos, 2013
2 comentarios:
Que ese pájaro transforme su garra en dulces manos y consuelen tu ser.
Saludos, Carlos.
Gracias, poeta! Un abrazo!
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