hace treinta años yo era un desterrado
por propia voluntad
ahora sigo siéndolo pero en sitio diferente
entonces tenía apenas tres hijos
eran niños todavía y ahora me reitero
al decir
fui padre de cinco independientes
treinta años pasaron de palabra vertical
y horizontal algo infrecuente
ahora sigo buscando mi público
convengo conmigo
esta agonía es por in-co-mu-ni-ca-ción
qué pretendo
hace treinta años me paré en mi diferencia
a su alrededor levanté paredes
típicas también
de esta locura personal que enciendo
por
las noches
ahora las telarañas del invierno
pueblan mis muros y advierto
la enfermedad siempre la misma
sólo es cuestión de grados
entonces el amor me tenía muy seguro
podían rondarme cien vestales
y yo seguía viendo sólo a una
secreta tras mis párpados
después abrí los ojos
para qué conocí tantas vidrieras
si nunca supe amar lo suficiente
treinta años pasaron de aquella militancia
por cambiar el mundo
aunque sin justicia
la escena es ahora diferente
pero termino concluyendo
no fue por mí
por algún activismo o por insomnios
en síntesis
hace treinta años yo quería vivir
con intensidad
a mi manera
ahora al cabo de la playa y en bajante
el egoísmo es ciego todavía
© Carlos Enrique Cartolano. Regresos, 2013
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