274.
y la cabeza continúa despertando
al puño cada mañana/ cuatro horas
bastan:
suenan alarmas/ poro tras poro mi carne alza reconocimientos
avista
presas/ es súbita su cacería/ las papilas danzan el hálito
llamado palabra/ a mitad del sueño
siempre cuando él
avanza
su consciente y los dedos trenzan sus cefalópodos/ como
anémonas
turgentes de apetitos/ o palmas de celeberación
(c) Carlos Enrique Cartolano. cuaderno siete, 2017
Ilustración: Nicola Costantino (c)
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