lo que me pierde es la confianza cierta incapacidad
velada olvidarme los anteojos fugar de cada espejo
esta pretensión de enseña
aunque mis mástiles no alcancen y esperarme siempre
un trecho más cuando las piernas no responden
el cuerpo me condena sin embargo con él ocupo
toda circunstancia es el paciente
él de roble y de granito como si no sintiera casi
y nadie alcanzara a lastimarlo
así llego con manos en los ojos mirada siempre táctil
versos de armadura que no impiden magullones
acerada mi piel va segura de todo reflejo
acaso el humano puede con luz propia y usina
suficiente
la confianza es extravío este afán multíparo
aquellas primicias de juventud
que todavía me encandilan
© Carlos Enrique Cartolano. Por lo más delgado, 2013
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